miércoles, 28 de octubre de 2009

Oscar Arias también es extraterrestre

Rashida Jenny Torres*
Leyendo la carta de apoyo y aceptación a la renuncia de Karla González, ex ministra de transportes, nos queda muy claro qué es lo que le sucede al presidente de Costa Rica.

El señor Oscar Arias lo que tiene es pánico, un temor desbordante porque Costa Rica no es un circo romano, en cambio es precisamente el personalismo que él exuda un gran show circense.

Se queja de la crítica, pero ¿en cuál democracia que se precie de serlo, no se da?

Al mediático y honorable señor se le olvidó que es esencialmente el señalamiento de errores lo que mantiene latente el “poder del pueblo”.

Son los tiranos los que no aceptan críticas, él como profesional y premio Nobel de la Paz debiera de recordar y predicarlo.

En todos los países democráticos del mundo se llama a cuentas a los funcionarios públicos y se les pide resultados, si no los dan, entre ellos mismos se pasan la factura política o el pueblo se los demanda.

Arias se queja y reniega de un aspecto de Costa Rica del cual él es uno de sus mayores exponentes con todo su egocentrismo mediático.

Si los funcionarios públicos actuales y futuros en el Gobierno no quieren trabajar porque ganan muy poco, le recuerdo al presidente que hay miles de costarricenses honestos y preparados que están sin trabajo y que de muy buena gana hasta por la mitad de esos salarios que él y su séquito consideran de “hambre” estarían orgullosos y complacidos de servir y representar al país.

¿Por qué no le dejan lugar a quienes no se sienten ofendidos y humillados porque no ganan los millones que paga la empresa privada?

Ya que se han dizque sacrificado tanto por el país, pues que se den las oportunidades que merecen al ser tan altruistas por aceptar el supuesto calvario al que hace mención Arias.

Costa Rica es pobre señor Arias, usted mismo lo dijo hace unos días, cuando despidió de forma burlona al señor Agustín Mourelo que solicitaba el dinero urgido para el INVU: “Solo un extraterrestre no se da cuenta de que las finanzas públicas fueron golpeadas seriamente”.

Debemos creer que también es usted un alienígena al pretender que nuestro pobre pueblo le pague sumas millonarias a los empleados públicos con esta semejante crisis tan terrible para la mayoría pero tan conveniente para unos pocos?

No lo creo, más bien me inclino a pensar que ha sido abducido desde hace mucho tiempo por otros “seres no tan extraños” pero sí muy poderosos y manipuladores: las grandes transnacionales, los multimillonarios y famosos con los que está acostumbrado a codearse.

Por eso, es tan flaca su memoria, no es fácil después de semejante lavado de cerebro recordar y actuar predicando con el ejemplo.

(*) Musulmana Costarricense
jtorres_1969@hotmail.com

miércoles, 21 de octubre de 2009

La Universidad de Salamanca inviste doctor honoris causa al presidente de Costa Rica y Premio Nobel, Óscar Arias

    Oscar Arias, presidente de Costa Rica.
    21/10/2009 | Gabinete de Comunicación de la USAL
    La ceremonia tendrá lugar el 2 de diciembre en el Paraninfo
    Salamanca, 21 de octubre de 2009. La Universidad de Salamanca concederá el título de doctor honoris causa al presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, durante la ceremonia que tendrá lugar el próximo 2 de diciembre en el Paraninfo.

    Óscar Arias Sánchez es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Essex, Colcherter e Inglaterra, y honoris causa por más de 45 universidades de todo el mundo. Premio Nobel de la Paz (1987) y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación (1988) es licenciado en Derecho y en Economía por la Universidad Nacional de Costa Rica.

    Su propuesta en Ciencias de la Educación, aprobada por el Claustro de Doctores el pasado 21 de noviembre de 2008 tras la defensa efectuada por el catedrático José Ortega Esteban, proviene de la calidad y significación de sus reflexiones educativas en todos sus libros, de sus iniciativas legislativas en temas de educación y del tratamiento específico de temas educativos como, por ejemplo, el expuesto directamente en su obra “Significado del Movimiento estudiantil en Costa Rica” o en otras de sus publicaciones como “Los caminos para el desarrollo de Costa Rica” o “Democracia, Independencia y Sociedad”, entre otros.

    Además, la “Fundación Oscar Arias para la Paz y el Desarrollo”, constituida por él en 1988, con el aporte económico del Premio Nobel de la Paz que recibiera en 1987, alienta el programa “Educación para la Paz”.

    Arias recibe el Premio Nobel de la Paz por su protagonismo en la resolución de los graves conflictos que aquejaban a Latinoamérica en la última mitad del siglo XX y por la medida en la que sus acciones para la promoción de la paz contribuyeron al desarrollo de muchas democracias en ese continente. El dirigente centroamericano siempre entendió que la labor política quedaba incompleta, si no iba acompañada de un fuerte desarrollo de la educación, de la democratización de las oportunidades sociales y de la reducción de las desigualdades económicas y culturales. Precisamente fueron estas convicciones fundamentales las que le llevaron a aplicar la gratificación económica que conllevaba el Premio Nobel para instituir una Fundación que las promoviera específica e intensamente.

    En su defensa para el doctorado también destaca su papel para mejorar las relaciones académicas de las universidades de su país y la Universidad de Salamanca. En cooperación con sus representantes, la USAL promovió iniciativas para toda Latinoamérica dentro del Programa Columbus desde su inicio. El Estudio salmantino preparó y obtuvo uno de los primeros programas de cooperación interuniversitaria dentro del Programa ALFA, para la creación de un Programa de Doctorado en la Universidad de Costa Rica, instituido en 1995, del que se benefician muchos alumnos, además de profesores universitarios, procedentes de todo Centroamérica. Son muchos los estudiantes costarricenses que han pasado por la institución salmantina para realizar tesis de doctorado o pasantías de investigación en varias de nuestras facultades universitarias, impulsados por las políticas de calidad académicas. Todo ello promovido por el gobierno costarricense.

    sábado, 10 de octubre de 2009

    Costa Rica's President: It's Not Easy Staying Green


    By Tim Rogers / San Jose Saturday, Oct. 10, 2009
    costa rica forest environmental protection green save preservation protect rain forest
    Paul Souders / Corbis



    From the ubiquitous T-shirts sporting a red-eyed tree frog clinging to an Imperial beer bottle, to the best-selling postcards featuring the flamboyant poison-dart frog holding court in the rainforest, Costa Ricans today identify with frogs the way Russians relate to bears. That's because Costa Rica over the past generation has built a reputation as one of the world's greenest countries. It so jealously guards its environment that 26% of its territory is under national park protection, its eco-tourism sector is a $2 billion-a-year cash cow and its forest cover has actually doubled since the 1980s — thanks to more trees per capita being planted there than anywhere else. "Cutting down a single tree in Costa Rica is cause for scandal," says Pedro Leon, head of the administration's Peace With Nature Initiative. (Read how Costa Rica is turning its environment into a luxury tourist destination.)

    Lately, Costa Rica has further ratcheted up its green ambitions, pledging to become one of the only developing nations to make itself "carbon neutral" — a zero net-emitter of carbon — by 2021. (Maldives is the only other developing country to set that goal.) Costa Ricans, or Ticos as they call themselves, believe it's attainable largely because 95% of their country's energy production already comes from renewable, non-polluting sources. As a result, Costa Rican President Oscar Arias is jockeying for a global leadership role on climate change. Arias was one of five keynote speakers to address the U.N. Climate Change Summit on Sept. 22, calling on the world to shift military spending to fight global warming — to "save our species from the real enemy."


    But while Arias wins kudos abroad, many Ticos at home are starting to question whether the President is a real friend of their eco-image and the carbon-neutral campaign. His commitment to protecting national parks has come under fire from conservationists. Worse, they say, he recently lifted a ban on open-pit mining. The move is likely to result in the largest such gold mine in Central America, Las Crucitas, to be operated by a Canadian-owned firm, Infinito, and will require clearing 125 acres (50 hectares) of forest land. It also has environmentalists in Costa Rica and Nicaragua warning of a cross-border eco-catastrophe in the event of cyanide leaks into the San Juan River. (Cyanide is used in recovering gold.)
    Infinito insists there is no such danger. But critics say Arias' decision betrays his international rhetoric and reflects a worrisome trend. His environment minister had to resign earlier this year over a mining-related scandal. Luis Diego Marin, regional coordinator for the Costa Rica-based conservation group Preserve Planet, calls Arias a "hypocrite," insisting that behind Costa Rica's green facade today is "tremendous disorder." Carlos Manuel Rodriguez, a political rival and environment minister under Arias' predecessor, Abel Pacheco, and vice president of the Washington, D.C.-based Conservation International, says Arias "has been neither serious nor coherent on the issue of the environment." 


    One oft heard concern is that Arias seems to believe Costa Rica can "plant its way out of the carbon-emissions problem," as environmentalists frequently complain. Rather than attack emissions more aggressively at its industrial and automotive sources, eco-advocates fear Arias simply wants to plant more trees in order to create what they call a deceptive net-zero emissions balance.
    That might make Costa Rica technically carbon-neutral, but it would still leave venues like the capital of San Jose "choking" with factory pollution and Central America's notoriously black bus exhaust, says Roberto Jimenez, a Yale MBA who recently started the activist group co2neutral2021.org. "If there is a country in the world that can [achieve carbon neutrality], it's Costa Rica," says Jimenez, but he warns that the country's emissions "continue to grow unchecked." The Arias government is toying with the lofty idea of building a super-modern, solar-powered monorail system in the capital to acheive carbon neutrality by 2021, but so far Costa Rica's carbon output has increased more during the first three years of Arias' presidency than it had in the previous 10 years combined, environmental groups note.

    A key factor, say Arias' critics, is that the 69-year-old leader is part of Costa Rica's pre-environmental generation — from a time, before the 1980s, when Costa Rica actually had one of the world's highest deforestation rates. Today's greener Tico cohort came of age after Arias' first presidency in the 1980s, when he won the Nobel Peace Prize for helping to end Central America's bloody civil wars. "Mr. Arias has definitely remained in the past century," says Rodriguez, whose Social Christian Unity Party is a liberal counter to Arias' more conservative National Liberation Party. He argues that while Arias' talk is visionary, his walk is still "conservative and traditional."
    Others, including those close to him, wonder privately if fighting climate change is less a conviction for Arias than a vehicle back to the international accolades he enjoyed a quarter century ago. They point out that his conservation kick was greatly influenced by former U.S. Vice President Al Gore's Academy Award-winning documentary, An Inconvenient Truth., and wonder if Arias was motivated more by the message of the film, or the worldwide praise Gore received as a result of championing the cause.
    Arias backers like Leon, who as the director of Arias' Peace With Nature campaign is in charge of green projects from national park endowments to getting climate change into school curriculums, admit there are some "inconsistencies" in the government's actions. But he insists Arias is "sincere" about the environment and deserves credit as a "world environmental leader." Leon adds that "making peace with nature," like making peace between ideological enemies a generation ago, is a "a logical sequence to Arias' career." But with little more than a year to go in his second, environmental presidency, a growing number of Ticos feel Arias still needs to get more in touch with his inner frog.

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