domingo, 30 de agosto de 2009

Oscar Arias entre los peores presidentes en América Latina

Funes, Lula y Bachelet son los presidentes con mayor aceptación de América


México,  (EFE).- Los presidentes de El Salvador, Mauricio Funes, con 84% de aceptación; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con 81%, y de Chile, Michelle Bachelet, con 78%, son los mandatarios con mayor aprobación de América, según una recopilación de sondeos divulgada hoy por la firma mexicana Consulta Mitofsky (CM).

El bloque de presidentes con mayor aceptación lo completan el panameño Ricardo Martinelli, con 77%, y el colombiano Álvaro Uribe, con 70%, indicó hoy CM en un informe.

Consulta Mitofsky destacó los casos de Brasil y de Colombia, que son "ejemplo de altas evaluaciones a pesar de los años de gobierno de los presidentes de ambos países", señala el estudio.

El reporte de la encuestadora mexicana no incluye a Hugo Chávez, de Venezuela; a Leonel Fernández, de República Dominicana; a Stephen Harper, de Canadá, y a Daniel Ortega, de Nicaragua, "por cuestiones de falta de información".

"Por razones muy particulares" no considera tampoco a Honduras, donde un golpe de Estado sacó del poder al depuesto presidente Manuel Zelaya hace tres meses.

En un segundo grupo se encuentran los mandatarios de México, Felipe Calderón, 62%; de Uruguay, Tabaré Vázquez, 61%, y de Bolivia, Evo Morales, 60%.

En la zona media de la tabla se encuentran el presidente de EE.UU., Barack Obama (52%), el ecuatoriano Rafael Correa (51%), el paraguayo Fernando Lugo (50%), y el guatemalteco Álvaro Colom (46%).

En cambio, con una evaluación baja se ubicó el costarricense Óscar Arias, con 37%.

Los jefes de Estado con peor evaluación del continente son los de Perú, Alan García (27%), y de Argentina, Cristina Fernández (23%).

El promedio de aprobación de todos los mandatarios incluidos en el sondeo es de 57%, debido a "la aparición de dos mandatarios que inician muy alto en Centroamérica (Panamá y El Salvador)", explica el documento.

Los jefes de Estado de Suramérica alcanzaron un promedio de aceptación del 58%, los de Norteamérica 56%, y los de Centroamérica 52%.

CM compara la aprobación de los mandatarios americanos con otros líderes mundiales, entre ellos el primer ministro de Australia, Kevin Rudd (61%), el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero (57%), el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Donald Tsang (55%), y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi (47%).

Los datos presentados hoy se basan en encuestas con distintas metodologías recopiladas por Mitofsky y que fueron publicadas entre mayo y septiembre de este año en cada uno de los países.

viernes, 28 de agosto de 2009

Controles a la prensa: no, transparencia sí

Publicado el 28 Ago, 2009 a las 1:48 pm por cristian

Me llamaron la atención las notas que se publican hoy en dos periódicos, sobre las alusiones a la prensa hechas por el presidente Arias en su discurso del miércoles en la Asamblea Legislativa. Leí el texto esa misma noche y me pareció que Arias lleva razón en casi todo lo que expresa sobre los medios, su manejo y su papel influyente en la formación de la opinión pública.

Es temible, eso sí, la recurrente insinuación a la necesidad de “controles”, o la sola sugerencia de que la prensa debería realizar una “crítica mesurada” para con los gobernantes. En un post de este viernes, Juan Carlos Hidalgo expone claramente la que ha sido la posición de Arias: su incomodidad ante los controles y la rendición cuentas, y sus pretensiones de gobernar sin preguntas, explicaciones ni críticas. En este blog también hemos vuelto sobre el tema una y otra vez.
“Nos guste o no, la prensa contemporánea hace mucho más que eso: no solo informa, sino también influye, decisiva y casi siempre deliberadamente, sobre las opiniones políticas de las personas (…) Nada nos hace suponer que los medios de comunicaciones responden de manera única, o siquiera fundamental, al interés público. Son, ante todo, empresas, corporaciones que buscan producir utilidades”, dijo en el discurso de esta semana, en el que planteó la necesidad de reformar la Constitución Política como solución para la “ingobernabilidad”.
¿Descubre el agua tibia el presidente con respecto a la prensa? Por supuesto que no. Pero ¿no se le hizo un poco tarde a Arias para incomodarse por la forma en que influyen los medios sobre la opinión pública? Hasta donde recuerdo, antes (por ahí de octubre de 2007) no parecía estorbarle, ni antes de eso tampoco (sobrarían los ejemplos). Es curioso que el presidente se exprese así de la prensa tras una seguidilla de dimes y diretes en ese sentido, desde que se devolvió los peluches con Telenoticias y con La Nación.
“Estoy cansado de intentar gobernar en un país que cree que la crítica a toda costa nos hace más libres, cuando en realidad nos hace más ingobernables”, había dicho Arias ya en setiembre del año pasado.
Está claro que el presidente y su hermano manejan una agenda alarmante, dirigida a imponer controles y capitalizar poder irrestricto. Las comparaciones con Chávez, después de tanto gazapo, comienzan a tomar forma.
 Pero que ante los nuevos dichos, los medios se rasguen las vestiduras esgrimiendo dogmas ancestrales de objetividad, asepsia y dedicación desinteresada y casi devota al “interés público”, me parece por lo menos molesto.
 “Me extrañan las infundadas acusaciones del señor Presidente de que nuestras publicaciones obedecen a intereses particulares y no al interés público”, dice el director de La Nación hoy, en una cita consignada en su propio periódico. Es que alguien puede -a estas alturas- pensar que los periódicos se deben “a los costarricenses” antes que a sus intereses particulares? Y no digo que eso sea ilegítimo, porque nunca dejaría de defender la libertad de prensa, y de empresa, y la autonomía de los medios de comunicación. Pero ¿a quién se pretende cuentear en estos tiempos? Claro que los periódicos persiguen “el interés público”, pero ¿quiénes deciden cuál es ese “interés”, sino sus editorialistas?
Ojo que esto nada tiene que ver con las majaderías que se repiten una y otra vez en este país, entre ciertos sectores, sobre “la hegemonía de los grandes medios” y el resto de ese discurso rechinado.
“No podemos seguir operando sobre la ficción de que los medios de comunicación simplemente informan a los ciudadanos”, dijo Arias. Y yo agregaría la ficción de que son objetivos e imparciales, y la ficción de que no responden a intereses empresariales -primero-, y la ficción de que no bailan una coreografía estrecha y constante con el poder político.
¿Por eso hay que imponer “controles”, ponerle “límites”, o “mesurar” a la prensa? Definitivamente no. Pero procurar medios de comunicación más transparentes en sus formas e intenciones, sí, eso sí.

lunes, 17 de agosto de 2009

Aquí no pasó nada ¡y que viva la pepa!


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El diputado Fernando Sánchez es un sinvergüenza, y 32 Diputados carebarros decidieron este lunes patrocinar su cinismo, archivando la causa en su contra, por la co-autoría del “memorando del miedo“, publicado antes del referendo por el TLC.
Sánchez no sólo fue uno de los autores de ese documento, una guía de terrorismo psicológico y chantaje político. El diputado también protagonizó una intensa ofensiva para intimidar a los periodistas del Semanario Universidad, e intentar censurar la publicación del memorando y sus declaraciones. Para agrura de su esófago, casi un año después esa publicación le valió el Premio Jorge Vargas Gené
Mientras el escándalo le costó su puesto al vicepresidente Kevin Casas, el diputado Sánchez se escondió en su concha, hasta hoy, cuando lo que le quedaba de vergüenza fue archivada por el Primer Poder la República.
¿Por qué decidió la Asamblea? Porque después de que la Procuraduría le solicitó una investigación al TSE sobre el accionar de Sánchez, el diputado acudió a la Sala IV, que avaló su Recurso de Amparo. Los magistrados dejaron el caso en manos del Congreso.
¿Quiénes le aplaudieron a Sánchez? Los mismos que hace unos meses ovacionaron a Clarita Zomer en el Plenario por despilfarrar recursos públicos. Los diputados liberacionistas, los del PUSC, 3 libertarios y el club de los oportunistas limosneros: José Manuel Echandi, Evita Arguedas y Guyón Massey.
Entre los múltiples escándalos de irregularidades y secretismo, y el patrocinio de la corrupción, patente en figuras como Clarita Zomer, Fernando Sánchez, y Roberto Dobles, el gobierno de Óscar Arias ondea por todo lo alto la bandera de la impunidad.
¿Qué nos queda? Nos queda la memoria. Ya lo dijo el primo de Fernando Sánchez, Óscar Arias, alguna vez:
en la categoría defensa del derecho a la información y libertad de expresión al Semanario.
“No sólo con la acción se consiente el mal. También, y sobre todo, con la omisión. Callar, cuando los crímenes son grandes y las responsabilidades son claras, no es ser neutral, sino tomar partido del lado de los agresores. (…) Porque el perdón se basa en el recuerdo, no en el disimulo; y la paz sólo será posible a través de la memoria. Debemos comprender, en palabras de Ellie Wiesel, que la memoria del mal servirá como escudo contra el mal
El que olvida mama.