lunes, 25 de octubre de 2010

El Infierno

Víctor J. Flury Escritor 07:44 p.m. 24/10/2010
En medio de su discurso (20/10) en la Universidad Latina, el expresidente Óscar Arias dijo: “Se congelará primero el Infierno antes de que se puedan comprobar las acusaciones falsas que estas personas han insinuado en este sentido” (estas personas y este sentido aluden a: 1) opositores; 2) críticas por la autopista San José–Caldera).
Aparte de que su afirmación causó bulla entre políticos, resulta muy errónea. El Infierno es un dogma que se basa en dos atributos tan necesarios que, si uno solo de ellos faltara, el establecimiento ya no se llamaría como se llama. La eternidad y la continuidad son esos atributos. De modo que en el supuesto de que el averno se congelara, habría una pausa, un alivio para los castigados, algo que contradice su definición, ya que –según Borges– “la divina persecución carece de intervalos' en el Infierno no hay sueño”. Los teólogos han discutido mucho estas cuestiones y a mí me asusta que haya existido alguien que pudo imaginar el perfecto dolor sin destrucción. Mañana, tarde, noche, sin feriados ni asuetos,para siempre. Así, pues, don Óscar, al ubicar en el medio de su disertación el párrafo infernal, no siguió el consejo del actor George Burns: “El secreto de un buen discurso es tener un buen comienzo y un buen final y luego tratar de que ambos estén lo más cerca posible”.

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