sábado, 21 de noviembre de 2009

Respuesta al Diputado Sánchez Campos

  • Uno de los firmantes del "Memorándum"

Lisbeth Quesada Tristán
El diputado de Liberación Nacional, Fernando Sánchez, primo del señor Presidente de la República y quien firmó el rechazado y odiado “Memorando” contra las personas que adversaron el TLC, utiliza el Plenario Legislativo esta semana para manifestar su malestar porque asegura que yo solicité a la Universidad de Salamanca no otorgar al presidente Arias un premio.

¡Que caray! O cosas de la vida...ahora si soy "nuestra ex-defensora". Le agradezco el tardío reconocimiento público pero válido.

Diputado Sánchez, le recuerdo que como costarricense, como ciudadana y como mujer tengo derecho a expresar mi pensamiento; no he cometido delito alguno en no estar de acuerdo de que dicha casa de enseñanza superior de España “ popularice” este tipo de reconocimiento.

Al señor Vicerrector en Funciones de RR Internacionales y Cooperación de la Universidad de Salamanca, Don Manuel Alcántara le expresé mis razones bien justificadas del por qué en la presente administración ha existido una deuda pendiente con la naturaleza y el ambiente: solo le recuerdo casos polémicos donde aún persiste incertidumbre por parte de la población como Sardinal, Crucitas, Parque Marino las Baulas, o sea, ha sido evidente para todos y todas la doble moral, el doble discurso en materia ambiental. Avances en algunos campos, se han tenido, sin embargo las nubes negras siguen tapando el sol precisamente en lo que es el tema ambiental.

Usted en su conocida intolerancia, como el hombre del “Memorándum” una vez más intenta cercenar mi derecho a disentir. Diputado Sánchez, le recuerdo que don Kevin Casas tuvo la decencia de renunciar e irse, usted la indecencia de quedarse, y además interponer acciones ante la Sala Constitucional y yo me pregunto ¿para que? ¿Será para “demorar” lo que se le fuera a venir encima? Por ello es mejor que se vea en el espejo y encontrará seguramente al diablo vendiendo escapularios.

Hoy, trata quizás de lavarse las manos de su gravísimo error, y por eso censura mi derecho a disentir. Sigue usted estando muy grave. Vuelva sus ojos al trabajo que ha realizado en la Asamblea y notará que su presencia ha sido más que penosa.

No intente redimirse a costillas de otras como yo, porque mi conciencia me permite pronunciarme y decir y llamar las cosas por su nombre. Créame, no porque usted lleva una medalla de San Benito en la bolsa del pantalón, entonces los costarricenses tenemos que olvidar o santificarlo, porque solo le alcanzo para pedir perdón. Disculpe, no lo olvidamos con su “Memorandum” y no lo olvidaremos jamás.

Diputado Sánchez Campos, tengo una hoja de vida dedicada al servicio de mis semejantes, le guste a usted o no, y por esto un grupo de ciudadanos me invito públicamente a participar, y tuve la dignidad de presentarme frente a una asamblea y ofrecer mi nombre, a la libre escogencia. Usted en cambio el único mérito que tiene para sentarse en esa curul, es ser primo del señor presidente.

Definitivamente nos separan grandes, grandísimas diferencias.

Fuente:  Lisbeth Quesada Tristán.

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